lunes, 24 de marzo de 2014

El Lanzarillo del siglo XXI

Querido alcalde:
Bueno días señor alcalde quería contarle brevemente mi situación.
Me llamo Andrés, tengo ya diecinueve años  y me he criado en un barrio de Sevilla Este llamado Torreblanca.
Mi madre se llama Jessica y se ha criado también en el mismo barrio que yo. Ella es rubia, alta y con los ojos marrones. Tiene una curvas muy señalas en su cuerpo y es muy presumida y coqueta. Trabaja en una peluquería cerca de nuestra casa, pero algunos días ni siquiera se presentaba en ella, ya que decía que le dolía la espalda, o simplemente no tenía ganas de trabajar.
Francisco que así se llama mi padre, mejor conocido como Paco es uno de los hombres que más me ha enseñado sobre la vida, pero a lo largo de ella me ha defraudado varias veces y  lo he llegado a odiar con muchísima fuerza.
Él es mecánico, bueno realmente era porque lo echaron  y ahora se encuentra en el paro. En trabajaba en un pequeño taller de mecánico donde echaba la mañana arreglando coches ya que le gustaba mucho ese tema.
Además también tengo un hermano que tiene 13 años y se llama Raúl, él es alto de ojos verdes y delgado. Es un chico muy presumido al igual que mi madre y este es uno de los motivos por lo que le odio. En realidad no tengo una buena relación con él ya que mi infancia con respecto a él no ha sido muy buena.

Era una madrugada de primavera de hace ya casi veinte años cuando mi madre me dio a luz en un hospital de Sevilla. Al crecer siempre estaba acostumbrado de estar rodeado de personas que me querían mucho como mi padre, mi madre o también mis primos, mis tíos... y que me mimaban, es decir, me daban todo lo que quería. Al ser el primer hijo que tenían mis padres estaban todo el día pendiente de mí y eso me encantaba.
Todo esto suena muy bonito, hasta que años después, cuando ya tenía yo unos seis años, mis padres me dieron una noticia que en aquel momento me la tome a bien, pero años después se volvió una pesadilla. Me dieron la noticia de que mi madre nuevamente estaba embarazada. Cuando me enteré de esto me que sin habla, un poco pálido y con la boca abierta. Mis ojos abiertos como luna llena brillaban y la temperatura de mis manos cambió, cada vez más frías. Pero bueno tuve que ir asimilando el embarazo ya que en poco tiempo el bebé estaría con nosotros. Más tarde me llego una noticia algo mejor, me entere de que el bebé sería niño, lo que me alivió un montón.
Bueno unos años después cuando el bebé nació y ya caminaba, me di cuenta de que no me echaban cuenta que toda la atención se la llevaba en pequeñajo. Entonces esto me cabreaba un montón, porque yo había estado acostumbrado a tener a todo el mundo alrededor mía.  Por este motivo empecé hacer cosas, la mayoría cosas malas para así llamar la atención de mi familia aunque fuese para echarme una bronca.
Me gustaba este tipo de cosas, por ejemplo en el colegio donde yo estudiaba nunca echaba cuenta ya que así los profesores hablaban con mis padres y estos me prestaban atención.
Esto empezó a gustarme, así que más y más llegué hacer cosas que nunca pensaría hacer simplemente para llamar la atención. Aunque notaba que esto hacía daño a mi familia y no le gustaba. Por ejemplo, empecé a fumar con la edad de 11 años, simplemente para llamar la atención, también me escapaba de clases, robaba, pegaba a niños del instituto…todo esto para creerme superior.
Seguía y seguía, esto de hacer cosas que no debía era mi adicción. Empecé a juntarme con gente que no debía, gente que solo buscaba problemas. Bebía y fumaba cada vez que podía, casi todos los fines de semanas y llegaba a mi casa borracho. Por este motivo me peleaba muchas veces con mi madre o con mi hermano cuando volvía a casa. Algunas noches llegaron a tanto las peleas que terminaba pegándome con mi hermano Raúl. Y más tarde cuando me acostaba escuchaba a mi madre llorar sin parar.
Mi padre siempre estaba en el bar con los amigos, a veces se llevaba hasta la madrugada bebiendo, lo que hacía que llegase borracho a mi casa.
Un día, que decidí no salir escuche como mi padre entraba en mi casa intentando no hacer ruido. Eran casi las cuatro de la madrugada y se escuchaba como daba bandazos de un lado a  otro por los efectos del alcohol. Entonces mi madre se levantó cabreada, ya que no le gustaba nada que mi padre llegase a esa hora, y menos borracho. Y fue ahí cuando mis padres empezaron a discutir. Mi madre le gritaba y mi padre gritaba aún más, mi casa parecía una de locos, hasta que mi padre le dio una bofetada a mi madre. Mi madre se quedó perpleja, pero aún más cuando vio que él seguía dándole bofetadas. Ahí fue cuando salí corriendo de mi cama y me dirigí a mi padre para que dejase de pegarle. Acabo con mi punto de paciencia que hizo que le soltase un puñetazo en la cara. Este se quedó tirado en el suelo, y mi madre comenzó a llorar sin parar. Mi hermano Raúl se levantó con el ruido y se quedó asombrado.
Minutos después la policía apareció en mi casa, al parecer la habían llamado la policía. Esta me arrestó y me llevaron a comisaria por lo ocurrido.
A mi padre se lo llevó la ambulancia para ver que le ocurría, mi madre se fue con él y mi hermano se quedó con  una vecina de confianza.
Cuándo llegue a ese horrible lugar me sentía fatal, y quería salir de ese lugar. También sentía un poco de pena por mi padre, pero no me arrepentía de lo ocurrido ya que tenía muy claro que a mi madre nadie le pegaba.


Después de lo sucedido pasaron un año y seis meses, sabia poco de mi padre pero mi madre y mi hermano venían a menuda a visitarme y en ocasiones con compañía de algún amigo mío.
Mi madre, ya que con su trabajo no ganaba mucho dinero, consiguió poco a poco conseguir todo el dinero suficiente para poder pagar la fianza y sacarme de la cárcel. Este lo consiguió utilizando el dinero de la hipoteca, el dinero de su comida o incluso de la familia.
Ahora por fin estoy fuera de la cárcel, pero ahora otro problema se me presenta. Mi madre no tiene dinero ya que todo lo ingresó en mí. El ayuntamiento quiere quitarle la casa, porque no puede pagar la hipoteca, solo quería pedirle uno o dos meses más para intentar conseguir trabajo y darle todo el dinero que le debemos.
Ya sabe usted que mi situación hasta ahora no ha sido nada fácil y que el motivo por el cual no hemos pagado estos últimos meses no es una tontería.  Por eso de todo corazón le pido que se ponga en mi lugar y que nos dé un plazo para pagarle lo debido.

Saludos, Andrés.